Las mujeres y el desarrollo sostenible
- Javier Trespalacios
- 8 may 2022
- 8 Min. de lectura
Actualizado: 28 mar
A lo largo de la historia, las mujeres han realizado contribuciones fundamentales al desarrollo humano en diversos campos: Marie Curie en la física y química, Ada Lovelace en las matemáticas, Frida Kahlo en las artes plásticas, Sally Ride en la exploración espacial y Gro Harlem Brundtland en la definición del concepto de desarrollo sostenible. Son solo algunos ejemplos de este legado (Schiebinger, 2003).
Las mujeres en los pilares del desarrollo sostenible
Antes de la formalización del concepto de desarrollo sostenible, varias mujeres establecieron precedentes significativos en el pensamiento ecológico y ambiental, cuyos principios se convirtieron posteriormente en pilares fundamentales para la sostenibilidad:
Eunice Newton Foote (1819-1888): Científica precursora en estudios sobre cambio climático
En 1856, esta científica estadounidense documentó el efecto del dióxido de carbono como gas de efecto invernadero, demostrando su capacidad para absorber calor. Su hallazgo precedió en tres años al trabajo de John Tyndall, quien históricamente ha recibido mayor reconocimiento. Su publicación Circumstances Affecting the Heat of the Sun's Rays (1856) constituye uno de los primeros estudios científicos relacionados con el cambio climático, aunque permaneció prácticamente desconocida durante más de un siglo (Sorenson, 2011).
Ellen Swallow Richards (1842-1911): Pionera de la ciencia ambiental
Fue la primera mujer admitida en el MIT (Massachusetts Institute of Technology) y pionera en la ciencia ambiental. Sus investigaciones sobre la calidad del agua, el aire y la nutrición fundamentaron las políticas de salud pública y medioambientales en Estados Unidos. Su concepto de "ecología doméstica" aplicó principios científicos para optimizar los recursos en el hogar, siendo un antecedente de la gestión sostenible. Su enfoque interdisciplinario, que integraba ambiente, salud y equidad, sentó bases para el desarrollo sostenible décadas antes de su formalización (Clarke, 1973).
Lady Eve Balfour (1898-1990): Pionera de la agricultura sostenible
Agricultora y científica británica, desarrolló, en la década de 1940, los principios de la agricultura orgánica [1] mediante su experimento Haughley, el primer estudio científico comparativo a largo plazo entre métodos de cultivo orgánicos y convencionales. Su obra The Living Soil (1943) argumentaba que la salud del suelo, de las plantas, de los animales y de los humanos debía entenderse como un sistema interconectado, anticipando el pensamiento sistémico [2] característico del desarrollo sostenible (Conford, 2001).
Rachel Carson (1907-1964): Revolución de la conciencia ecológica
Bióloga marina y escritora, revolucionó la conciencia ecológica con Primavera Silenciosa (1962). A través de rigurosas investigaciones —fundamentadas en aproximadamente mil estudios científicos— expuso los efectos adversos de los pesticidas en los ecosistemas y la salud humana (Carson, R., 1962). Su legado inspiró la creación de la Environmental Protection Agency (EPA) en EE.UU. en 1970, institución clave para regular contaminantes (EPA, 1972). Carson no solo alertó sobre crisis ambientales: demostró que la ciencia, comunicada con rigor y claridad, puede impulsar cambios estructurales.

Primavera silenciosa de Rachel Carson (Portada del libro, Servicio de Pesca y Vida Silvestre de EE.UU. [USFWS], Dominio Público, https://www.fws.gov/media/silent-spring-rachel-carson-book-coverf )
Donella Meadows (1941-2001): Modelando los límites del crecimiento
Científica ambiental y analista de sistemas, lideró el equipo que produjo el influyente informe Los límites del crecimiento (1972), encargado por el Club de Roma. Este documento, basado en simulaciones computarizadas del MIT (Massachusetts Institute of Technology), modeló por primera vez las consecuencias a largo plazo del crecimiento económico y poblacional ilimitado en un planeta con recursos finitos. El enfoque sistémico [3] de Meadows proporcionó una base metodológica para analizar la sostenibilidad como un equilibrio dinámico entre los factores económicos, sociales y ambientales (Meadows et al., 1972).
La madre del desarrollo sostenible
Gro Harlem Brundtland (n. 1939), médica de formación y política noruega (primera mujer en ocupar el cargo de primera ministra en su país), se destaca como una de las figuras más influyentes en la definición y promoción del desarrollo sostenible. En 1983, la Asamblea General de las Naciones Unidas creó la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (CMMAD), presidida por Brundtland, que culminó en la publicación de Nuestro Futuro Común en 1987. Este documento definió el desarrollo sostenible como "aquel que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades" (WCED, 1987).
Comisión Brundtland: Margarita Marino (Colombia), Gro Harlem Brundtland (presidenta de la comisión) y Wangari Maathai (Kenia, Premio Nobel de la Paz 2004) (Botero s.f.)
Además de su labor en la comisión, Brundtland implementó políticas ambientales pioneras en Noruega, incluyendo la prohibición temprana de aerosoles con CFC, sentando bases para acuerdos internacionales como el Protocolo de Montreal. Posteriormente, su trabajo en la Organización Mundial de la Salud (OMS) fortaleció el vínculo conceptual y práctico entre sostenibilidad ambiental y salud pública, consolidándola como referente internacional en políticas integradas de salud, ambiente y de desarrollo sostenible (Norwegian Ministry of Environment, 1981; OECD, 1995; Brundtland, 2002).
Mujeres liderando la implementación del desarrollo sostenible
La evolución del desarrollo sostenible desde su conceptualización, ha contado con el liderazgo de mujeres en diversos ámbitos, las cuales han sido fundamentales en la implementación de políticas sostenibles:
Wangari Maathai, (1940-2011), bióloga y activista política keniana, conocida como la "mujer árbol", fundó en 1977 el Movimiento Cinturón Verde, desde el cual promovió la plantación de más de 30 millones de árboles en África para impulsar simultáneamente el desarrollo sostenible, la democracia, los derechos humanos y el empoderamiento femenino. En 2004 fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz en reconocimiento a su contribución al medio ambiente, dejando un legado que se resume en su célebre afirmación: "Cuando plantamos árboles, sembramos las semillas de paz y esperanza".

Wangari Maathai recibiendo el Premio Nobel de la Paz 2004 (Nobel Prize s.f.)
Christiana Figueres (n. 1956) proveniente de una familia con profundo legado político —hija del expresidente costarricense José Figueres— se ha consolidado como una figura central en la lucha contra el cambio climático. Como Secretaria Ejecutiva de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) entre 2010 y 2016, transformó un proceso negociador estancado en un esfuerzo colaborativo sin precedentes. Lideró la Conferencia de las Partes (COP21) que culminó en la adopción del Acuerdo de París en 2015, comprometiendo a 195 naciones a limitar el calentamiento global a menos de 2°C sobre niveles preindustriales y estableciendo mecanismos de mitigación, adaptación y financiamiento climático con responsabilidades diferenciadas pero compartidas (Figueres & Rivett-Carnac, 2016; UNFCCC, 2015).
Christiana Figueres, COP21 (Universidad de Yale, 2020 s.f.) – Paula Caballero recibiendo el premio de sostenibilidad en Alemania (Consejo Alemán para el Desarrollo Sostenible 2019)
Paula Caballero (n. 1963), historiadora y diplomática colombiana conocida como "la madre de los ODS", desempeñó un papel determinante en el diseño e implementación de la Agenda 2030. Durante el proceso de negociación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, Caballero contribuyó decisivamente a la elaboración de un marco inclusivo que superara la tradicional división entre países desarrollados y en desarrollo. Su enfoque integrador permitió formular objetivos universales que abordan sistemáticamente problemáticas interconectadas como la pobreza, la desigualdad y el deterioro ambiental (Caballero, 2016; Dodds et al., 2017).
Las mujeres en los Objetivos de Desarrollo Sostenible
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) otorgan un lugar especial a las mujeres a través del ODS 5: "Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y niñas". El propósito de este objetivo es asegurar que las mujeres en todo el mundo disfruten de las mismas libertades, derechos y oportunidades para el progreso en los ámbitos económico, social y ambiental (UN Women, 2018). En este objetivo se definen nueve metas específicas:
Meta 5.1 – Erradicar todas las formas de discriminación contra mujeres y niñas.
Meta 5.2 – Eliminar la violencia de género (trata, explotación sexual, violencia doméstica).
Meta 5.3 – Erradicar prácticas nocivas como el matrimonio infantil y la mutilación genital femenina.
Meta 5.4 – Reconocer y valorar el trabajo doméstico no remunerado, promoviendo responsabilidad compartida.
Meta 5.5 – Garantizar participación plena de mujeres en liderazgo político, económico y público.
Meta 5.6 – Asegurar acceso universal a salud sexual, reproductiva y derechos reproductivos.
Meta 5.a – Igualdad en derechos a recursos económicos, propiedad de tierras y bienes.
Meta 5.b – Promover tecnologías (TIC) para empoderamiento femenino.
Meta 5.c – Implementar políticas y leyes que impulsen la igualdad de género.

ODS 5 contiene 9 metas
Conclusión
Más allá del ODS 5, la perspectiva de género es fundamental para el cumplimiento de todos los Objetivos de Desarrollo Sostenible:
ODS 1 (Fin de la pobreza): Las mujeres representan la mayoría de las personas en pobreza extrema debido a su limitado acceso a recursos productivos y empleo formal. Programas dirigidos a ellas, como transferencias monetarias, han demostrado mejorar significativamente indicadores de nutrición, educación y salud familiar (Duflo, 2012).
ODS 3 (Salud y bienestar): La salud materna y reproductiva es crucial para el bienestar de las mujeres, sus hijos y comunidades. La educación femenina se correlaciona directamente con menores tasas de mortalidad infantil y un mejor estado nutricional poblacional (WHO, 2009).
ODS 4 (Educación de calidad): La educación de niñas y mujeres tiene un impacto intergeneracional en la salud, la nutrición y los ingresos. Cada año adicional de educación secundaria para niñas reduce la fecundidad adolescente en un 5% y aumenta sus salarios futuros entre un 10% y 20% (UNESCO, 2014).
ODS 8 (Trabajo decente y crecimiento económico): La participación laboral femenina es un 26% inferior a la masculina a nivel global. Cerrar esta brecha podría aumentar el PIB global en 28 billones de dólares para 2025, equivalente a las economías de Estados Unidos y China combinadas (McKinsey Global Institute, 2015).
La integración de la perspectiva de género en todos los ODS refleja un consenso global: la igualdad de género es un imperativo ético y un requisito para construir sociedades ambientalmente equilibradas, equitativas en el uso de recursos y socialmente justas (Razavi, 2016).
"La ciencia que ignora a la mitad de la humanidad está condenada a repetir sus errores"... Londa Schiebinger (historiadora)
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Notas
[1] Los cultivos orgánicos en la actualidad son conocidos como aquellos métodos de producción de alimentos pura y exclusivamente naturales. Estos métodos restringen el uso de aditivos químicos o cualquier otra sustancia que contenga materiales sintéticos, tales como pesticidas, herbicidas y/o fertilizantes artificiales.
[2] [3] El pensamiento sistémico es un enfoque que analiza los problemas considerando las interconexiones entre sus partes dentro de un sistema, entendiendo que los cambios en un elemento pueden afectar al conjunto.
Referencias bibliográficas
Agarwal, B. (2009). Gender and forest conservation: The impact of women's participation in community forest governance. Ecological Economics, 68(11), 2785-2799.
Brundtland, G.H. (2002). Health and Sustainable Development. Organización Mundial de la Salud.
Caballero, P. (2016). A Short History of the SDGs. IISD SDG Knowledge Hub.
Carson, R. (1962). Silent Spring. Houghton Mifflin.
Clarke, R. (1973). Ellen Swallow: The Woman Who Founded Ecology. Follett Publishing Company.
Conford, P. (2001). The Origins of the Organic Movement. Floris Books.
Dodds, F., Donoghue, D., & Roesch, J. L. (2017). Negotiating the Sustainable Development Goals: A transformational agenda for an insecure world. Routledge.
Duflo, E. (2012). Women Empowerment and Economic Development. Journal of Economic Literature, 50(4), 1051-1079.
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Meadows, D. H., Meadows, D. L., Randers, J., & Behrens, W. W. (1972). The Limits to Growth. Universe Books.
Norwegian Ministry of Environment (1981). Regulation on Ozone-Depleting Substances.
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Razavi, S. (2016). The 2030 Agenda: Challenges of implementation to attain gender equality and women's rights. Gender & Development, 24(1), 25-41.
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WCED (World Commission on Environment and Development). (1987). Our Common Future. Oxford University Press.
WHO. (2009). Women and Health: Today's Evidence, Tomorrow's Agenda. World Health Organization.
Excelente esta divulgación, importante para que nos documentemos cada día más sobre el papel de la mujer en todo el proceso de los ODS.