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El caso de la isla Samso, como llegaron a ser 100% renovable

Updated: Apr 11

Samsø [1], isla danesa situada en el mar Báltico a 140 km de Copenhague, se convirtió en 2007 en el primer territorio mundial en alcanzar la autosuficiencia energética, certificada por la Agencia Danesa de Energía (DEA), generando electricidad y calor para sus 3.929 habitantes exclusivamente a partir de fuentes 100% renovables. Bajo el liderazgo del profesor Søren Hermansen y su enfoque comunitario "Piensa local, actúa local", la isla transformó su dependencia de combustibles fósiles mediante la implementación de aerogeneradores y sistemas de calefacción urbana de propiedad colectiva, integrando innovación tecnológica con la tradición agrícola-ganadera local (Hermansen, 2018). Este modelo de compromiso colectivo para soluciones energéticas escalables ha valido a Samsø reconocimientos internacionales, incluyendo el Premio a la Acción Climática Mundial de la ONU en 2021 (UN Climate Change, 2021).


Contexto histórico y motivación

El proyecto de Samsø tiene sus raíces en la crisis petrolera de 1973, cuando el embargo de la OPEP a los países que apoyaron a Israel en la guerra contra Siria y Egipto provocó un fuerte aumento en el precio del petróleo, afectando gravemente a Dinamarca, que dependía en un 90% de combustibles fósiles importados (Holsting, 1996).


El punto de inflexión llegó en 1997, cuando el ministro danés de Medio Ambiente y Energía, Svend Auken, lanzó un concurso nacional [2] para establecer un territorio que sirviera como laboratorio de transición energética [3]. El concurso buscaba propuestas realistas para lograr la autosuficiencia mediante fuentes locales y renovables en un plazo de 10 años. De las cinco propuestas recibidas [4], Samsø resultó ganadora en octubre de 1997 (Brodner, 2015).


En aquel momento, la isla enfrentaba serios desafíos económicos: pagaba un alto costo por la electricidad importada desde plantas de carbón en Jutlandia a través de cables submarinos, y la calefacción basada en petróleo suministrada por camiones cisterna con un gasto anual de 7.3 millones de euros (Brodner, 2015). Estos factores económicos, sumados a problemas como el cierre del principal empleador de la isla (el matadero local), crearon un contexto favorable para el cambio (Px1NME, 2015).


Infraestructura y tecnologías implementadas

Samsø desarrolló un sistema energético basado en la diversificación de fuentes renovables adaptadas a sus recursos locales:


Javier Trespalacios

Mapa de Samso, tecnologías de energía renovable (International Study of RE-Regions n.d.)


Energía eólica terrestre

La isla cuenta con 11 aerogeneradores terrestres modelo Bonus B54/1000 [5] distribuidos en tres localizaciones:


  • 5 aerogeneradores cerca de Brundby (Orby Tranebjerg).

  • 3 aerogeneradores cerca de Permelille; dos pertenecen a particulares y uno a la cooperativa eólica.

  • 3 aerogeneradores en Tanderup; dos pertenecen a particulares y uno a la cooperativa eólica.


Cada aerogenerador tiene una capacidad de 1 MW, altura de 50 metros y aspas de 27 metros, con un costo individual aproximado de 800,000 euros y una producción anual de 2,540 MWh. En conjunto, generan 28,000 MWh anuales, equivalentes a 690,000 galones de petróleo (Samsø Energy Academy, 2007).


Javier Trespalacios

Turbinas eólicas en Brundby (Orby Tranebjerg), Silvio Matysik (Matysik n.d.)


Un aspecto fundamental del proyecto es que aproximadamente el 90% de estos aerogeneradores pertenece a 450 habitantes de la isla, garantizando que los beneficios económicos permanezcan en la comunidad (Drake-Hillyard, 2010).


Energía eólica marina

Samsø complementó su producción con 10 aerogeneradores marinos instalados en 2002, ubicados a 2.5 km de la costa sur. Cada uno tiene una potencia de 2.3 MW, altura de 63 metros y aspas de 40 metros, con un costo individual de 3 millones de euros (Guillaume, 2015). En conjunto, producen 77,500 MWh anuales. La mitad de estas turbinas son propiedad del municipio.


Javier Trespalacios

Turbinas eólicas en las costas de Samsø (VisitSamsø n.d.)


Sistemas de calefacción urbana y biomasa

La isla cuenta con cuatro centrales térmicas de calefacción urbana que abastecen al 70% de las viviendas, aprovechando tanto la energía solar como los residuos agrícolas y forestales, principalmente paja:


  • Tranebjerg: Inaugurada en 1994 (antes del inicio del proyecto), cuenta con una caldera de 3 MW que genera anualmente 9,500 MWh utilizando paja como combustible y abastece a 263 residentes. El costo total fue de 3.5 millones de euros, y propiedad de Grøn Varme Samsø.


  • Ballen-Brundby: Inaugurada en 2004, abastece a 232 hogares en las regiones de Brundby, Ballen y Orby. Con una inversión de 2.1 millones de euros (incluyendo una subvención de 300,000 euros), produce 5,100 MWh anuales mediante una caldera de 1.6 MW que utiliza 200 toneladas de paja suministrada por 67 agricultores locales.


  • Onsbjerg: Inaugurada en 2003, abastece a 106 hogares a través de una red de tuberías de 2.9 km. El proyecto costó 1.1 millones de euros, con un cofinanciamiento de 400,000 euros de la DEA. Produce 2,723 MWh anuales y es propiedad de Kremmer Jensen ApS.


  • Nordby-Marup: Inaugurada en 2002, combina una caldera de 900 kW que utiliza desechos de madera (80% de la capacidad) con un sistema de calefacción solar térmica de 2,500 m² (20% restante). Con una capacidad de 2.2 MW, produce 4,300 MWh anuales para 178 hogares. El costo total fue de 2.7 millones de euros.


Javier Trespalacios

Planta de energía de Nordby y Maarup (Sailors for Sustainability n.d.)


Sistemas individuales para viviendas sin calefacción urbana

En localidades sin acceso a sistemas de calefacción urbana, se implementaron soluciones individuales como paneles solares térmicos, bombas de calor y sistemas de biomasa. Los propietarios accedieron a subvenciones del 30% para la instalación de estas tecnologías.


Energía solar fotovoltaica

La isla ha instalado paneles fotovoltaicos en numerosos techos de granjas para complementar su producción eléctrica.


Seguridad del suministro

La isla mantiene una conexión al sistema eléctrico danés como respaldo en caso de escasez de viento. Sin embargo, la producción renovable ha sido tan exitosa que Samsø genera un excedente del 10% de energía, que vende a la red eléctrica nacional.


Metodología de implementación

El éxito de Samsø se basa en una metodología participativa que situó a la comunidad en el centro del proceso de transición energética:


1. Establecimiento de estructuras organizativas

Tras ganar el concurso en 1997, se estableció la Oficina de Energía y Medio Ambiente de Samso (SEMK) para promover el proyecto y brindar asesoramiento a los ciudadanos. En 1998, se complementó con la creación de la Samso Energy Company (SEK), enfocada específicamente en energías renovables.


2. Planificación energética integral

La consultora PlanEnergi desarrolló un plan energético que comprendia:


  • Estimación de las necesidades energéticas anuales de la isla (29,000 MWh).

  • Evaluó los recursos renovables disponibles.

  • Estableció un cronograma de implementación.

  • Incluyó planos y cálculos detallados.

  • Estimación económica del proyecto


Este plan, disponible públicamente en las bibliotecas de la isla, fue posteriormente modificado con la participación de los residentes (Saastamoinen, 2009).


3. Acuerdos económicos y financieros

Se negoció con el gobierno danés un precio fijo de compra de electricidad producida por las turbinas eólicas durante 10 años (8 céntimos de euro por kWh), lo que permitió estimar el tiempo de retorno de la inversión.


4. Enfoque participativo "bottom-up"

En lugar de imponer un modelo preestablecido, se adoptó un enfoque de abajo hacia arriba para fomentar la participación ciudadana, reconociendo la importancia de involucrar a los líderes de opinión locales para multiplicar el interés comunitario (Saastamoinen, 2009).


5. Comunicación efectiva

Inicialmente sin un plan de comunicación específico, los medios informativos desempeñaron un papel fundamental en la movilización ciudadana. Las primeras reuniones contaron con 50 asistentes, pero para 1998 la participación aumentó a 1.600 personas (Energy Academy & PlanEnergi, 2007).


6. Educación y concienciación

Se organizaron cursos y campañas para fomentar el ahorro energético y proporcionar información sobre tecnologías renovables, destacando beneficios económicos, tiempos de retorno de inversión y aspectos sociales como la generación de empleo. Según Hermansen, "las personas suelen rechazar propuestas positivas simplemente porque no las comprenden o desconocen sus ventajas" (Px1NME, 2015).


7. Asesoramiento individualizado

Expertos energéticos realizaron pruebas de aislamiento térmico en viviendas y establecimientos comerciales, recomendando soluciones adaptadas a cada caso.


8. Incentivos financieros

Se facilitó la adquisición de tecnologías y electrodomésticos eficientes mediante subsidios y otros mecanismos financieros.


9. Confianza y cohesión social [6]

La planificación y toma de decisiones estuvieron principalmente en manos de los residentes locales. El liderazgo de Søren Hermansen, oriundo de Samsø, fue clave para el éxito del proyecto. Su conocimiento del entorno local y habilidad comunicativa disiparon las resistencias iniciales. Consciente de la desconfianza hacia agentes externos, Hermansen priorizó el diálogo directo y la construcción de confianza mediante conversaciones informales, explicando las ventajas de invertir en la transición energética (Guillaume, 2015). Su estrategia se centró en demostrar los beneficios económicos a través de proyectos iniciales exitosos, lo que impulsó la participación comunitaria [7] (EnezGreen, n.d.).


10. Creación de grupos de trabajo

Se dividió el proyecto total en pequeños proyectos, con la intención de hacerlos uno por uno, y se invitó a los ciudadanos a unirse a cada uno de esos grupos.


11. Inversión comunitaria

Se crearon cooperativas energéticas [8] que permitieron a los residentes invertir directamente en los proyectos, como los aerogeneradores.


12. Seguimiento y evaluación

Se estableció un sistema de monitoreo continuo de resultados.


Aspectos financieros, económicos y sociales del proyecto energético

El proyecto energético de Samsø se ejecutó con 53.3 millones de euros de los 78.7 millones presupuestados inicialmente, representando un 32% de ahorro. La dependencia de fondos públicos disminuyó de 9.1 millones previstos a 4 millones efectivamente utilizados, con una inversión per cápita de 13,600 euros. El proyecto generó un ahorro anual de 7.3 millones de euros que anteriormente se destinaban a combustibles fósiles, permitiendo que estos recursos permanezcan en la economía local.


Diversificación y fortalecimiento económico

La transformación creó empleos verdes [9] especializados en instalación y mantenimiento de infraestructuras renovables, diversificando así una economía tradicionalmente agrícola, e integrando prácticas sostenibles que aumentaron su atractivo. El reconocimiento internacional posicionó a Samsø como destino de turismo sostenible, generando nuevas oportunidades laborales. Al mismo tiempo, la implementación de energías renovables redujo significativamente los costos energéticos para residentes y empresas. Además, se consolidó una economía circular [10] mediante transacciones locales como el aprovisionamiento de biomasa por agricultores de la isla.


Innovación y adaptación tecnológica

El proyecto desarrolló soluciones adaptadas al contexto insular: desde la modificación de tractores para utilizar aceite de colza local como combustible alternativo, hasta la implementación de sistemas de intercambio térmico que aprovechan el calor residual del enfriamiento de productos lácteos. Estas estrategias demostraron la capacidad de la comunidad para repensar el enfoque energético, generando un "efecto de bola de nieve" multiplicador impulsado por el intercambio de ideas y conocimientos (Nevin, 2010). Esta transformación fortaleció la cohesión social y creó una competencia positiva entre los habitantes respecto a quién contribuía de manera más significativa al cuidado del medio ambiente (Saastamoinen, 2009).


Sostenibilidad Ambiental

Samsø logró la autosuficiencia total mediante fuentes de energía 100% renovables, lo que resultó en una mejora significativa de su balance de carbono. En 1997, la isla registraba una emisión de +11 toneladas de CO₂ por habitante, mientras que actualmente se ha logrado una reducción de -12 toneladas (Rapid Transitions Alliance, 2019).


Gestión de desafíos

La transición superó dos obstáculos: la resistencia comunitaria al impacto visual de los aerogeneradores, que se resolvió mediante diálogo y la demostración de beneficios económicos y ambientales, y las preocupaciones de BirdLife Denmark (BirdLife, 2001) sobre el impacto de las turbinas marinas en las aves. Para abordar este segundo desafío, se adoptó un enfoque colaborativo que incluyó la reubicación de las turbinas y reuniones periódicas con ornitólogos y la ONG, con el fin de monitorear los efectos y ajustar los protocolos de forma continua.


Población en declive y revitalización

Entre 1980 y 1997, Samsø experimentó un declive demográfico del 8%, pasando de 4.300 a 3.900 habitantes (Statistics Denmark, 2021). Este declive se agravó en 1997 con el cierre de Samsø Færgen, la principal empresa naviera local, que eliminó 100 puestos de trabajo (Avisen Samsø, 1997). Sin embargo, el proyecto de sostenibilidad ha generado un fenómeno de migración inversa (State of Green, 2021). La isla ha atraído nuevos residentes —principalmente jóvenes familias y profesionales— que buscan un estilo de vida sostenible. La transformación es particularmente visible en Ballen, donde antiguas granjas se han convertido en viviendas ecológicas y espacios de coworking. La creación de empleos verdes en mantenimiento de aerogeneradores y el rol de la Samsø Energy Academy como centro de capacitación técnica fueron clave (Samsø Energy Academy, 2019). Hermansen subrayó que "la transición energética no solo detuvo la despoblación, sino que posicionó a Samsø como un modelo de sostenibilidad atractivo" (Hermansen, 2019).


Liderazgo y participación comunitaria

El gobierno danés apostó por el liderazgo de Søren Hermansen, destinando fondos para que se dedicara exclusivamente a liderar la transición energética en Samsø, enfrentó varios desafíos, como la resistencia ciudadana al impacto visual de los aerogeneradores. Para superar esta barrera, implementó un modelo de copropiedad comunitaria [11], priorizando como "coinversionistas" [12] (Lewis, 2017) a los residentes cercanos a las turbinas. Esta estrategia transformó las turbinas de una imposición tecnológica en una fuente de beneficios económicos directos para la comunidad. Hermansen enfatizó que "los molinos de viento resultan más atractivos cuando eres copropietario y obtienes beneficios" (Plataforma por un Nuevo Modelo Energético, 2015), subrayando que "el mayor reto no es técnico, sino cambiar la actitud de las personas(Lavocat, 2016). Además, abordó la falta de formación técnica mediante programas de capacitación que convirtieron a los habitantes en actores clave del proyecto (Win, 2019).


Javier Trespalacios

Søren Hermansen con una delegación polaca (Samsø Energy Academy n.d.)


Este éxito le valió a Hermansen reconocimientos internacionales, como la distinción de "héroe ambiental global" por Time (2008) y el Premio Gotemburgo (2009), equiparable al Nobel en sostenibilidad.


Más allá de Hermansen, otros residentes asumieron papeles de liderazgo:


  • Jorgen Tranberg: Agricultor dedicado a la cría de vacas, fue uno de los primeros inversores en aerogeneradores, destinando 3.5 millones de euros (Brodner, 2015). Según Tranberg, "durante el día se ocupa de las labores en su granja y, al concluir su jornada, busca invertir en proyectos sostenibles, aprovechando los beneficios generados por su participación en los proyectos de Samsø".


  • Malene Lundén: Esposa de Hermansen y miembro de Energy Academy, destacó la importancia de la participación ciudadana y de métodos efectivos de comunicación, como la sociocracia [13] y la comunicación no violenta [14] (Lavocat, 2016; Rau, n.d.). Según Lundén, el proceso de transformación ha generado un cambio significativo en la mentalidad de la comunidad, incluso entre los agricultores, quienes ahora se muestran más receptivos a nuevas ideas (Lavocat, 2016).


  • Kasten Christiansen: Granjero que implementó sistemas innovadores como el uso del calor de la leche para calentar su vivienda mediante una bomba de calor (Brodner, 2015).


La academia de la energía de Samsø

La Samso Energy Academy, inaugurada en 2007, es un centro de conocimiento y difusión sobre la experiencia de transición energética. Con un diseño a cargo de la oficina de arquitectura Arkitema, el edificio de 643m² está compuesto por dos estructuras inspiradas en las antiguas viviendas vikingas. La construcción fue realizada por empresas regionales, empleando materiales sostenibles y locales (The SKF Evolution Team, 2010).


Samsø Energy Academy, exterior e interior (VisitSamsø 2022) (CIEE: Council On International Educational Exchange 2023)


El edificio es autosuficiente energéticamente, con paneles fotovoltaicos, aislamiento térmico y sistemas de aprovechamiento de agua de lluvia. El costo total fue de 1.6 millones de euros. La academia cuenta con 10 empleados y ofrece para habitantes, turistas y visitantes especiales espacios para conferencias y formación, demostraciones tecnológicas, recursos educativos sobre energías renovables y asesoramiento técnico (ecowatch, 2020).


Impacto internacional

La academia recibe miles de visitas anuales de científicos, políticos, periodistas y turistas interesados en replicar la experiencia. Brinda asesoramiento internacional a comunidades desde Hawái y Japón hasta la isla de El Hierro en Canarias (VisitSamsø, 2022). Proyectos como el parque eólico comunitario de Hepburn Wind en Australia o el grupo comunitario Sustainable Molokai en Hawái se han inspirado directamente en la experiencia de Samso (Wear, 2020).


Proyectos futuros y áreas de mejora

La Academia de la Energía de Samsø coordina iniciativas estratégicas para consolidar a la isla como referente de sostenibilidad integral. Persiste el desafío del transporte marítimo y terrestre, responsable del 21% de las emisiones insulares (Drake-Hillyard, 2010). Entre los proyectos prioritarios destaca la construcción de una planta de biogás (Samsø Energy Academy, 2020), diseñada para transformar residuos orgánicos, estiércol porcino y biomasa local en combustible renovable para impulsar un transbordador adaptado, actualmente dependiente de gas natural licuado.


Para compensar el rezago de la movilidad, se prioriza la ampliación de la capacidad eólica que respaldará la promoción de vehículos eléctricos e hidrógeno verde, con incentivos municipales para residentes, iniciativa respaldada por el alcalde Marcel Meijer como eje de la transición hacia una movilidad cero emisiones (Win, 2019).


El objetivo final —convertir a Samsø en un territorio completamente neutro en carbono— requiere integrar la estimación de las emisiones de CO₂ no solo del sector energético, sino también de aquellas generadas por la agricultura, la industria, la economía circular y, en particular, el ciclo de residuos (Samsø Energy Academy 2020). Esta medida refleja el compromiso de la isla por tener una visión integral de las emisiones de gases de efecto invernadero y trabajar en su reducción.


Entre las áreas críticas de mejora, destacan metas incumplidas en eficiencia energética: la reducción del consumo de calor alcanzó solo el 10% (vs. 25% proyectado), y el consumo general de energía se redujo un 4% (vs. 15% esperado), mientras que el gasto energético en transporte aumentó un 5% (Samsø Energy Academy, 2020). Estos datos subrayan la necesidad de optimizar políticas de ahorro energético y reforzar la educación ciudadana.


Guía metodológica para la aplicación del modelo Samso

A continuación se presenta una guía paso a paso para aplicar los principios del modelo Samso a otras comunidades:


1. Fase preparatoria
  • Crear una organización dedicada al proyecto.

  • Establecer un centro físico de operaciones.

  • Identificar y contactar a líderes comunitarios clave.

  • Seleccionar un coordinador local respetado por la comunidad.


2. Diagnóstico energético territorial
  • Analizar las necesidades energéticas locales (electricidad, calefacción, transporte).

  • Evaluar infraestructuras técnicas existentes.

  • Identificar origen de la energía consumida y cuantificar porcentaje de renovables.

  • Calcular emisiones de CO2 asociadas.

  • Determinar costos energéticos actuales.

  • Identificar zonas con deficiencias energéticas.


3. Evaluación de recursos renovables
  • Analizar potencial eólico local.

  • Evaluar recurso solar disponible.

  • Inventariar biomasa agrícola y forestal aprovechable.

  • Explorar otros recursos renovables específicos del territorio.


4. Planificación técnica y económica
  • Seleccionar tecnologías renovables adecuadas al contexto.

  • Calcular costos de instalación y mantenimiento.

  • Estimar tiempo de retorno de inversiones.

  • Planificar fases de implementación.

  • Proyectar creación de empleo según tecnologías.

  • Identificar fuentes de financiación y subvenciones disponibles.


5. Participación y capacitación comunitaria
  • Organizar formación básica en eficiencia energética y renovables.

  • Realizar presentaciones públicas del proyecto.

  • Facilitar visitas de expertos para asesoramiento general e individual.

  • Crear grupos de trabajo temáticos.

  • Implementar estrategias de comunicación continua.


6. Financiación colaborativa
  • Establecer mecanismos de inversión comunitaria.

  • Crear cooperativas energéticas locales.

  • Diseñar incentivos para la participación financiera.

  • Negociar precios garantizados para la energía producida.


7. Implementación y seguimiento
  • Ejecutar proyectos de manera secuencial, priorizando "victorias tempranas".

  • Monitorear resultados continuamente.

  • Comunicar éxitos y desafíos transparentemente.

  • Adaptar estrategias según necesidades emergentes.


8. Estrategias de relaciones comunitarias
  • Implementar enfoques de comunicación no violenta.

  • Considerar modelos de gobernanza como la sociocracia.

  • Establecer mecanismos de resolución de conflictos.

  • Celebrar logros colectivos.


Conclusiones

La experiencia de Samsø evidencia la viabilidad técnica y económica de la transición hacia un modelo energético 100% renovable, incluso en comunidades pequeñas con recursos limitados, complementando las actividades económicas tradicionales. El éxito del modelo se fundamenta en:


  1. Enfoque comunitario: La participación activa de los habitantes garantiza la aceptación y sostenibilidad del proyecto.


  2. Liderazgo local: El papel de Søren Hermansen y otros líderes ha generado confianza y motivación en la comunidad.


  3. Propiedad compartida: La financiación colectiva retiene los beneficios económicos localmente.


  4. Adaptación al contexto: Las soluciones tecnológicas se ajustaron a los recursos disponibles en la isla.


  5. Visión a largo plazo e institucionalidad: Objetivos claros y el apoyo del gobierno danés han proporcionado un marco estable para la inversión privada.


La estrategia "piensa local, actúa local", complementada con programas de capacitación, permitió a una comunidad de tradición agrícola liderar una transición integral hacia la energía renovable. Samsø no solo alcanza la sostenibilidad integral con beneficios económicos y turísticos, sino que también genera oportunidades laborales y funciona como centro de aprendizaje a través de su Academia de la Energía. Este caso demuestra que, dotadas de las herramientas e incentivos adecuados, las comunidades locales pueden liderar con éxito el cambio hacia una mayor autonomía y responsabilidad colectiva ante los desafíos ambientales globales.


Con la formación y participación activa de los habitantes, se crea un ambiente de conocimiento en torno a la energía que propicia el intercambio de ideas, fomenta la innovación y fortalece la cohesión social, generando así un "efecto bola de nieve" que se expande y multiplica... JT

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Notas

[1] Samso (o Samsø en danés) es una isla danesa situada en el estrecho de Kattegat, en el mar Báltico, entre Suecia y Dinamarca. Tiene una superficie aproximada de 112 km² y se encuentra a unos 140 km al oeste de Copenhague. La isla es accesible a través de ferries que parten desde Kalundborg, cerca de Copenhague, o desde Hou, cerca de Aarhus. Samsø cuenta con dos puertos principales: Sælvig Havn y Ballen Linjen. La isla está compuesta por 22 comunidades, aunque hay tres localidades destacadas en términos de densidad de población. Tranebjerg, ubicada en el centro de la isla, es considerada la capital de Samsø y cuenta con una población de 847 habitantes. En esta localidad se encuentran servicios como un hospital, una escuela primaria, comercios, actividades artesanales y bancos. Le siguen Onsbjerg, al oeste, y Nordby, al norte.

[2] Toda la iniciativa venia de un documento llamado Energy 21, desarrollado en 1996, en el cual planificaba una Dinamarca con el 35% de energía renovable.

[3] La transición energética es el cambio del uso de energías fósiles a energías renovables para lograr un modelo energético sostenible.

[4] Cuatro islas y una península participaron en el concurso: Læsø, Samsø, Ærø, Møn y Thyholm.

[5] Fabricados por Bonus Energy, ahora parte de Siemens Gamesa Renewable Energy.

[6] Cohesión social es el grado de integración y solidaridad que existe en una sociedad, manifestado a través de la confianza colectiva, la participación ciudadana y el sentido de pertenencia a un proyecto común. Se fundamenta en la capacidad de los grupos para reducir desigualdades, gestionar conflictos de forma pacífica y fomentar la inclusión de todos los miembros, independientemente de su origen o condición. Este concepto es clave en políticas públicas y proyectos comunitarios, como el de Samsø, donde la copropiedad de energías renovables fortaleció los lazos sociales al vincular beneficios individuales con metas colectivas.

[7] Participación ciudadana es el proceso mediante el cual los ciudadanos intervienen activamente en la toma de decisiones públicas, contribuyendo al desarrollo y mejora de su comunidad.

[8] Cooperativa energética: Organización sin ánimo de lucro gestionada democráticamente por sus socios (particulares, empresas o comunidades) para producir, distribuir o comercializar energía renovable, con el fin de garantizar acceso equitativo a recursos limpios y promover el desarrollo local. Como ejemplos destacados, Solix Energie (Alemania) genera 7 MW mediante paneles solares y aerogeneradores operados por 116 socios, mientras que Som Energia (España) comercializa electricidad 100% renovable y facilita autoconsumo colectivo entre más de 90,000 miembros.

[9] Los empleos verdes son trabajos que contribuyen a preservar y restaurar el medio ambiente, reduciendo el consumo de energía y materias primas, limitando emisiones de gases de efecto invernadero, minimizando residuos y promoviendo la adaptación al cambio climático.

[10] La economía circular es un modelo económico que busca maximizar el valor de los recursos, productos y materiales manteniéndolos en uso durante el mayor tiempo posible, minimizando la generación de residuos y promoviendo su reutilización, reparación, reciclaje y recuperación. Este enfoque se opone al modelo lineal tradicional de "tomar-fabricar-consumir-eliminar", que agota recursos y genera altos niveles de desechos.

[11] La copropiedad comunitaria en Samsø fue un pilar fundamental de su transición energética. Los habitantes se organizaron en cooperativas para adquirir la mayoría de los once aerogeneradores terrestres (aproximadamente el 90% pertenecía a 450 residentes), así como las cuatro centrales de calefacción urbana. Este modelo de propiedad distribuida fomentó la inversión local, generó beneficios directos para los ciudadanos y cultivó un fuerte sentido de pertenencia y responsabilidad hacia la infraestructura de energías renovables, superando la posible resistencia inicial y asegurando un amplio apoyo al proyecto (Drake-Hillyard, 2010; Saastamoinen, 2009).

[12] Además, propuso que aquellos que pudieran ver una turbina eólica desde su casa podrían considerarse "coinversionista" (Lewis 2017). Al ser propietarios de sus propias turbinas, los residentes tienen una mayor participación y control en el proceso, lo que evita la percepción de imposición tecnológica (Guillaume 2015).

[13] La sociocracia, desarrollada por Gerard Endenburg en la década de 1980, es un marco que permite a los grupos autogobernarse para optimizar la conexión y la autoorganización. Permite a los equipos (llamados "círculos") tomar decisiones en su propio dominio al otorgarles autoridad. Para garantizar la alineación y la sinergia, la sociocracia conecta los círculos para facilitar el flujo de información entre ellos.

[14] La Comunicación No Violenta (CNV), desarrollada por Marshall Rosenberg en la década de 1960, proporciona un modelo para comprender las motivaciones detrás del comportamiento humano. Este enfoque reconoce que cada individuo tiene necesidades básicas fundamentales, como importancia, reconocimiento, esperanza, propósito, elección, contribución, aprecio, amor, conexión y alegría. Estas necesidades son universales, lo que significa que todos los seres humanos las experimentan y pueden relacionarse con ellas.


Referencias bibliográficas

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Suforall, Javier Trespalacios

Suforall

Javier Trespalacios

Enero, 2021, Basel

 
 
 

Tout le monde sur la planète devrait avoir des connaissances en matière de durabilité

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